ESG Parte 1: Historia de la inversión ESG
Los gestores de activos y sus clientes están incorporando cada vez más en sus decisiones de inversión las consideraciones medioambientales, sociales y de gobierno corporativo, conocidas como ESG. Esto se refleja en el espectacular crecimiento de la inversión responsable, una filosofía de inversión que puede ofrecer beneficios más allá de los resultados y reconoce que, en la actualidad, la inversión debe ser una cuestión de implicación a largo plazo y una sólida administración.
En este artículo examinamos lo que significa realmente la inversión responsable, analizamos su evolución y popularización y explicamos las razones por las que es probable que esta tendencia adquiera más importancia y repercusión en los próximos años y décadas. Además, ofrecemos algunos ejemplos de inversión responsable que demuestran cómo la asignación de capital que considera los criterios ESG supone una mejora positiva y duradera para el mundo en general, y cómo este enfoque se está imponiendo con rapidez en todos los productos y servicios de Invesco.
¿Qué es la inversión responsable?
La inversión responsable es posiblemente la corriente de inversión más importante de las últimas décadas. La idea no es del todo nueva, pero nunca ha sido tan sofisticada, tan popular ni tan eficaz como ahora. Antes era un "buen complemento" y ahora, a menudo, se considera "indispensable". Ha pasado rápidamente de ser secundaria a ser una tendencia generalizada y se considera cada vez más un componente esencial de la filosofía de inversión.
El concepto "inversión responsable" engloba productos y servicios que reflejan un cambio importante en la orientación de las empresas, las entidades y la sociedad en general. Podríamos considerar este cambio como un paso desde el modelo establecido de capitalismo accionarial, en el que el éxito se mide únicamente en función de los beneficios, a lo que en ocasiones se conoce como capitalismo de las partes interesadas, en el que el objetivo de obtener rendimientos atractivos va acompañado de la voluntad de contribuir al bien común.
En agosto de 2019, Business Roundtable, una asociación de directores generales de las principales empresas de Estados Unidos, destacó en una declaración histórica el alcance y la importancia de esta transformación continua. A lo largo de la historia, la organización ha defendido la "prioridad del accionista1" al definir el objetivo de una empresa. En la actualidad, hace especial hincapié en el compromiso de una empresa para beneficiar a todas las partes interesadas, incluidos los clientes, los empleados, los proveedores y las comunidades.
Como se muestra a continuación, esta postura tiene un carácter verdaderamente global en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ODS). Publicados en 2015 y descritos por la ONU como "un proyecto común para la paz y la prosperidad", los 17 ODS resumen los principales problemas a los que se enfrentan nuestro planeta y sus habitantes. La inversión responsable trata de afrontar desde preocupaciones tan antiguas como la pobreza y la desigualdad hasta amenazas existenciales y globales como el cambio climático.
En resumen, la inversión responsable intenta combinar el rendimiento de la inversión con objetivos que van más allá de los resultados. Consiste en "hacer lo correcto", fomentar la sostenibilidad y contribuir a un cambio positivo y duradero. Asignar el capital de la forma más productiva posible y satisfacer las necesidades a largo plazo en lugar de buscar beneficios inmediatos, permite a los inversores contribuir a la resolución de los mayores desafíos de nuestra época y de las que están por venir.
La inversión responsable consiste en 'hacer lo correcto', fomentar la sostenibilidad y contribuir a un cambio positivo y duradero.
Un poco de historia sobre la inversión responsable
Como se ha señalado anteriormente, la inversión responsable no es un concepto nuevo. Hace ya más de un milenio, las leyes judías e islámicas impusieron restricciones éticas a las inversiones, y los inversores con creencias religiosas de todo tipo, como por ejemplo cuáqueros y metodistas, cuentan con una larga tradición a la hora de evitar los sectores que no se ajustan a sus convicciones.
Se podría decir que la inversión responsable es tan antigua como los préstamos, ya que incluso los primeros prestamistas quisieron evitar lo que ahora se conoce como "externalidades negativas", es decir, los costes o desventajas impuestas a terceros. El profesor de economía política de la Universidad de Cambridge, Arthur Cecil Pigou, desarrolló esta idea en la década de 1920, con lo que puso de manifiesto la relación entre las empresas y la sociedad, y demostró que la actividad empresarial puede tener consecuencias tanto positivas como negativas.
La inversión responsable, tal y como la conocemos en la actualidad, se empezó a definir por primera vez en los años 60, cuando algunos accionistas comenzaron a entender su capacidad para influir en el comportamiento de las empresas. Más tarde, en la segunda mitad del siglo XX, debido a una serie de grandes catástrofes, se hicieron muy evidentes los vínculos entre la práctica empresarial y las repercusiones en el mundo real. Algunos incidentes, como el desastre industrial de Bhopal o el vertido de petróleo del Exxon Valdez, pusieron de manifiesto el valor de la responsabilidad social corporativa y reforzaron la creciente convicción de que los inversores deben compartir la responsabilidad cuando una empresa no cumple con sus obligaciones básicas para con la sociedad en general.
En particular, las cuestiones medioambientales comenzaron a influir en la mentalidad de muchos inversores, especialmente a causa del cambio climático y de las evidencias científicas cada vez mayores de los enormes daños causados por las emisiones de CO2. Más adelante la relevancia de los factores sociales y de gobierno corporativo aumentó, particularmente debido a la crisis financiera mundial. Con el tiempo, y de forma acertada, la inversión comenzó a considerarse una cuestión de implicación a largo plazo y sólida administración.
El notable aumento de la inversión responsable en los últimos años queda reflejado de forma llamativa en los datos de los Principios para la Inversión Responsable (PRI), una red internacional respaldada por la ONU y cuyos signatarios, entre los que se encuentra Invesco, cuentan ya con más de 100 billones de dólares en activos gestionados. En la actualidad, como se muestra a continuación, el número de miembros de los PRI está creciendo más rápido que nunca, lo que demuestra sin lugar a dudas que la inversión responsable ha pasado de ser una consideración superficial a una prioridad esencial.
Con el tiempo, y de forma acertada, la inversión comenzó a considerarse una cuestión de implicación a largo plazo y sólida administración.
¿Por qué es probable que continúe el auge la inversión responsable?
Existen numerosas razones para creer que la inversión responsable se convertirá en la "nueva normalidad". Entre estas razones se encuentran el impacto positivo que tiene en los resultados financieros de las empresas, el aumento de la disponibilidad de datos, la mayor concienciación sobre las oportunidades y los riesgos asociados, el compromiso político y normativo, y el interés público y de los inversores. Veamos brevemente cada una de ellas.
Durante varias décadas se ha debatido acerca de si "compensa hacer lo correcto", y los más críticos con la inversión responsable aseguraban que esa filosofía reducía el universo de inversión y mermaba la rentabilidad. En la actualidad, numerosos análisis indican lo contrario. Hoy en día se admite de forma generalizada que las empresas tienen más probabilidades de obtener mejores resultados a largo plazo si tienen en cuenta las cuestiones medioambientales, sociales y de gobierno corporativo.
Gracias a la cantidad de datos disponibles y a su calidad, ahora se tiene una idea mucho más clara de la relación rentabilidad/riesgo de la inversión responsable. Los estudios académicos, la mayor transparencia, la mejor divulgación de información y el uso más sofisticado de los factores (características cuantificables que pueden servir para aclarar los perfiles rentabilidad/riesgo entre las distintas clases de activos) refuerzan los argumentos a favor de un enfoque sostenible y a largo plazo. Es un hecho que la inversión responsable puede ser una fuente de oportunidades, mientras que la inversión irresponsable puede suponer varios riesgos importantes.
Ya hemos visto cómo la inversión responsable refleja los objetivos establecidos en los ODS de la ONU. Es también un elemento fundamental para alcanzar los objetivos establecidos en el Acuerdo de París sobre el cambio climático y para lograr otras iniciativas históricas. Además, las ambiciosas hojas de ruta normativas, como el Green Deal europeo y el Plan de Acción de Finanzas Sostenibles de la UE, exigen expresamente a las empresas y a los inversores que adopten una vía responsable, o al menos que expliquen su reticencia a hacerlo. Los responsables políticos no solo apoyan la inversión responsable, sino que también ejercen una gran presión para que se adopte.
Y los inversores la están incorporando, porque quieren contribuir a mejorar la situación. La forma en que se asigna el capital hoy en día está cada vez más vinculada a la opinión pública en general, sobre todo entre las generaciones más jóvenes. Como se muestra a continuación, la inmensa mayoría de los millennials está a favor de la inversión responsable, lo que reafirma aún más la idea de que este enfoque probablemente marque el camino a seguir.
Los millennials son el principal estímulo para que la inversión responsable siga creciendo
95%
89%
88%
57%
30 billones de dólares
Fuente: MSCI: Swipe to Invest: the Story Behind Millennials and ESG Investing, 2020; Accenture: The "Greater" Wealth Transfer: Capitalising on the Intergenerational Shift in Wealth, 2012; Bank of America: 2018 Insights on Wealth and Worth, 2018; Allianz: Allianz ESG Investor Sentiment Study 2019, 2019; Morgan Stanley: Sustainable Signals: the Individual Investor Perspective, 2019.
Es un hecho que la inversión responsable puede ser una fuente de oportunidades, mientras que la inversión irresponsable puede suponer varios riesgos importantes.
ESG en detalle
Hemos señalado en varias ocasiones que, en la actualidad, muchos inversores conceden cada vez más relevancia a las cuestiones medioambientales, sociales y de gobierno corporativo. Como se indicó en la introducción, a estas consideraciones se las conoce colectivamente como ESG. A continuación, analizaremos cada uno de los tres componentes y recurriremos a ejemplos sobre su aplicación para demostrar cómo las cuestiones ESG pueden ofrecer resultados en el mundo real.
Los criterios ESG representan un conjunto de normas que se utilizan para medir el grado de responsabilidad de la actividad de una empresa u otro tipo de entidad. Tal y como se ha mencionado anteriormente, en la actualidad hay una gran cantidad de datos que permiten evaluar los resultados a este respecto, y el compromiso directo y el diálogo pueden ayudar en la toma de decisiones de inversión. En general, los inversores responsables buscan invertir en empresas que ya tienen una postura ESG proactiva o que son capaces y están dispuestas a adoptar ese enfoque.
Los aspectos medioambientales
Suelen ser la preocupación principal de muchos inversores ESG. No es de extrañar, dados los amplios efectos del cambio climático, que incluso en tiempos del Covid-19 sigue siendo la mayor amenaza existencial de nuestra época. Al evaluar los resultados medioambientales de una organización, podríamos tener en cuenta factores como el uso de los recursos naturales, el impacto de la cadena de suministro y las políticas en materia de contaminación y residuos.
Los aspectos sociales
Engloban la forma en que una organización se relaciona con las partes interesadas, los clientes, los empleados, los proveedores, las comunidades y, lo más importante, con la sociedad en su conjunto. Por lo general, ha sido el elemento menos destacado de los tres que componen los criterios ESG, aunque ahora está adquiriendo mayor relevancia. En este sentido, podríamos tener en cuenta factores como las relaciones laborales y comunitarias, los derechos humanos y las políticas de igualdad.
Los aspectos de gobierno corporativo
Se podrían considerar como la parte fundamental de los criterios ESG, puesto que el compromiso de una empresa con la E (medioambiente) y con la S (social) se deriva en cierta medida de su compromiso con la G (gobierno corporativo). La gestión, la constitución de los consejos de administración, la auditoría, las cuestiones normativas, la remuneración o la corrupción son algunos de los elementos que se tienen en cuenta en este ámbito, al igual que el tema global de la responsabilidad social corporativa. El gobierno corporativo es tal vez el criterio fundamental para saber cómo una empresa alinea sus propios intereses con los de las distintas partes interesadas.
Aplicaciones en el mundo real: las cuestiones ESG ofrecen resultados positivos
Medioambiente
En 2019, el primero de los "seis grandes" proveedores de energía del Reino Unido logró cambiar a todos sus clientes de electricidad a fuentes renovables, sin coste adicional. Invertir en una empresa con visión de futuro como esta puede ayudar a alcanzar ODS de la ONU como los siguientes:
- 7: Energía asequible y no contaminante
- 9: Industria, innovación e infraestructura
- 11: Ciudades y comunidades sostenibles
- 13: Acción por el clima
Social
En 2020, Invesco colaboró con un banco líder en responsabilidad social de Estados Unidos para crear una plataforma de inversión a medida. El banco ofrece recursos a organizaciones sin ánimo de lucro, sindicatos, organizaciones políticas, empresas de impacto social y otras entidades comprometidas con la igualdad. Esta colaboración puede ayudar a alcanzar ODS de la ONU como los siguientes:
- 1: Fin de la pobreza
- 3: Salud y bienestar
- 8: Trabajo decente y crecimiento económico
- 10: Reducción de las desigualdades
Gobierno corporativo
Cada año, Invesco participa en miles de votaciones por delegación en las juntas generales de las empresas en que invierte. La mayoría de ellas son acerca de cuestiones de gobierno corporativo, como la retribución de los ejecutivos, la constitución de los consejos de administración y las políticas y prácticas empresariales. Tan solo en 2018 votamos en más de 18.500 juntas en 74 mercados. Potenciar el gobierno corporativo puede ayudar a alcanzar ODS de la ONU como los siguientes:
- 5: Igualdad de género
- 8: Trabajo decente y crecimiento económico
- 10: Reducción de las desigualdades
- 12: Producción y consumo responsables
Los criterios ESG representan un conjunto de normas que se utilizan para medir el grado de responsabilidad de la actividad de una empresa u otro tipo de entidad.
Conclusión
En este artículo hemos destacado algunos de los aspectos fundamentales de la inversión responsable y ESG. Ante todo, debe quedar claro que se trata de un fenómeno que influye cada vez más en la mentalidad de los inversores. No cabe duda de que, en la actualidad, el interés por contribuir a un cambio positivo y duradero mediante una asignación responsable del capital se ha convertido en una de las principales filosofías de inversión.
A partir de ahora, es probable que la integración de las cuestiones ESG en las decisiones de inversión sea cada vez más amplia y sofisticada. Lo trataremos con más detalle en nuestro próximo artículo.
Consideraciones de riesgo
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El valor de las inversiones y el de cualquier renta fluctuará (en parte como consecuencia de las fluctuaciones de los tipos de cambio) y es posible que los inversores no recuperen la totalidad del capital invertido.
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Datos a 15 de marzo de 2021.
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